18/11/2024

2 meses ago

El personaje

Un encuentro distante y cercano al mismo tiempo

25/09/2024

Autor/a:

Redacción

Después de la pandemia, que nos encerró con nuestros miedos y carencias, me he resistido a la virtualidad. No quiero tomar clases o cursos vía telemática, me cuesta conectarme con los afectos a través de un zoom, pero es el medio que tenemos cuando lo presencial es un lujo.

Luego de meses de encierro, valoro ver a la gente y hablar con la gente; pero, esta entrevista, que trata sobre la Covid-19, me llevó a retomar esta práctica tan habitual durante esos meses: una reunión o una entrevista por zoom; como cuando los cumpleaños, velorios o graduaciones se mediaban a través de una pantalla.

Cuando llamé a César Hermida para conversar y solicitarle una entrevista para “Públicos. Revista de artes y pensamiento” sin mucha espera ni reparo, me dijo que sí. Me pidió que le envíe el link de la entrevista por correo electrónico. Para mi, que casi solo uso whatsapp, esa solicitud fue extraña y llegué a pensar en lo difícil que sería conectar con mi entrevistado.

Confieso que pensé en hacer dos o tres preguntas puntuales y que con eso todo estaría listo. Sin embargo, cuando nos conectamos y comenzamos a charlar con César, quien es médico y escritor, volví a una de mis clases de filosofía en la Universidad Central. La energía y la forma de comunicar sus ideas me acercaron a él, inmediatamente. Esta, que era una entrevista mediada por la pantalla de un computador, me llevó a recordar a esa joven estudiante de comunicación, que creía en el debate de las ideas y que el mundo merece que lo construyamos en colectivo, con reflexiones difíciles y de la forma más honesta posible.

César, sin imaginarlo, me conectó con aquella joven de hace 20 años. Desde su primera puntualización, marcó una diferencia clave entre el virus y la pandemia. Esta última iniciada en 2020, sobre la cual hablamos en detalle. Señaló que esta crisis biológica impactó al mundo entero: no solo con enfermedades y muerte, sino también con una crisis global de depresión, miedo y una de las mayores recesiones económicas a nivel mundial. En Ecuador, además, dejó en evidencia el trabajo deficiente de los gobiernos de turno. Desde el año 2018, según afirma, la situación no ha mejorado y cada administración parece peor que la anterior. Agrega que la reducción del Estado y el interés por privatizar áreas fundamentales como la salud, la educación y el bienestar social no son la solución, y la pandemia lo demostró con claridad.

Esto me llevó a recordar el horror que vivimos: los muertos en ataúdes de cartón, la desesperación de familias sin ingresos fijos ni trabajos estables, y las viviendas que no ofrecían condiciones dignas para que muchas familias pudieran quedarse en casa. Amigas y amigos perdieron sus empleos, entre ellas mi madre, profesora con contrato ocasional por más de siete años, a quien el Ministerio de Educación notificó su desvinculación el 1 de mayo de 2020, precisa y paradójicamente el día de las y los trabajadores. Como ella, hubo muchos otros.

Trato de no recordar los comentarios que recibieron los artistas y gestores culturales en redes sociales por la insinuación que hicieron sobre la posibilidad de entregarles un bono para quienes se encontraban en un momento complejo y, muchos, hasta en situación de calle. Trato de no recordar comentarios en los que les llamaban payasos, o hasta vagos, por elegir el arte como oficio, y por sus carencias materiales. Trato de no recordar.

Trato de retomar la conversación. Pero César, con sus palabras y reflexiones, me lleva a pensar, a entender que esta entrevista está sacando mucho del dolor y la rabia que guardo de lo vivido en la pandemia, de lo no dicho… quizás de lo que guardamos muchos. Él como un gran escritor y maestro, pone los temas duros sobre la mesa, habla de la cultura de la dominación y cómo el mundo se mueve bajo estos intereses, analiza la crisis geopolítica, reflexiona sobre Israel -“¿cómo un pueblo que sufrió tanto, hoy busca someter y aniquilar a otros?”-, y muchos otros aspectos que nos podrían llevar a una tercera guerra mundial.

Pensamos que luego de vivir una pandemia podríamos ser una sociedad más consciente de los problemas sociales, pero este tiempo nos demuestra que no, que seguimos tratando de dominar y someter al más débil, menciona César Hermida.

Y esto se refleja en otros aspectos. Por ejemplo, en la gestión cultural, tomando en cuenta las diferencias entre el periodo de la pandemia y el de la post-pandemia, resaltan los procesos creativos de varios artistas durante la pandemia. Es decir, la pandemia fue un periodo que dio paso a la producción artística. Quizás, gracias a la pausa que hicimos a la cotidianidad, hubo más espacio para la creación. Sin embargo, es crítica la poca circulación del arte en el Ecuador y esto lleva a la falta de ingresos económicos de los artistas, su trabajo tiene pocos espacios para ser comercializado.

Señala que la política pública cultural debe propiciar estructuras y superar las macrocefalias del centralismo, que el Ministerio de Cultura y Patrimonio debe trabajar articulado con la Casa de la Cultura y sus núcleos, que el trabajo es en equipo y entendiendo las diferentes realidades que viven las provincias del país. Enfatiza en que se debe recuperar los sistemas y subsistemas y no caminar a la privatización.

César se mantiene optimista. Cree que es posible construir una mejor sociedad, dice que, a pesar de la difícil situación que atravesamos en el país, hay que trabajar por ello. Coloca, como ejemplo, a la Universidad para Adultos Mayores en Cuenca. Señala que existen 300 inscritos y eso es síntoma de que cosas buenas suceden, de que la gente no es indiferente al conocimiento, a seguir cultivando pese a los años.

Para ir cerrando, César Hermida dice algo que parece simple y obvio, pero que es fundamental reiterar: tejer redes, abrir espacios para conocernos y comenzar a hablar sobre los temas que nos afectan a todos. La palabra y el pensamiento no pueden estar secuestrados por el miedo o por los poderes de turno.