Hacer música en Ecuador puede verse, por no decir oírse, como un «one hit wonder» que nunca deja de sonar. Desde los vinilos hasta el actual streaming, la industria musical ha tenido vaivenes permanentes. Un hito en nuestra historia ocurrió en 1916 con el nacimiento del almacén de música J.D. Feraud Guzmán, que marcó la comercialización musical del país. Más tarde, su filial Fediscos lanzó el sello Onix, grabando a grandes artistas nacionales e incluso obteniendo los derechos exclusivos en Latinoamérica de estrellas como Olivia Newton-John y Donna Summer.
Sin embargo, el tiempo empezó a ser complicado para esta industria musical, como en los años 80, cuando la llegada del casete golpeó la producción de vinilos, marcando una crisis en la industria discográfica. Así, de tumbo en tumbo, hasta que los formatos de streaming cambiaron las reglas del juego, permitiendo que cualquier músico ecuatoriano llegue al mundo con un solo clic, mientras que la industria que no logró adaptarse a la nueva era, quedó atrás, estancada en el tiempo de JD Feraud Guzmán.Ahora parece que los vinilos volverán con fuerza, y con la digitalización en ascenso. Ecuador busca consolidar su industria musical ¿podrá exportar su talento a gran escala?
por Públicos
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