La distancia desde la carretera

25/04/2025

Autor/a:

por Públicos

Un viaje a la ruralidad es de esas experiencias (para los seres urbanos) que pueden ser el ingreso al espacio bucólico o al reconocimiento de lo ajeno, lejano o profano. Ya somos un país eminentemente urbano, hasta en los poblados más alejados de cada provincia. No solo por la integración tecnológica y mediática, sino porque la arquitectura y el “acomodamiento” urbanístico se hace y se configura desde los estereotipos citadinos.

Sin duda el mercado ordena esta realidad. Y el debate sobre la instalación de procesos de producción y de realización en los espacios alejados de las “grandes urbes” todavía no se sostiene porque son escasas las investigaciones para entenderlos en su complejidad. Por ello, además, la bibliografía es poca y la mayoría todavía refiere a los sesentas o setentas para atrás, aunque cueste decirlo. 

Algo parecido pasa con la gestión cultural y el desarrollo de las artes, en sus acepciones tradicionales. La tecnología, la comunicación y las “influencias” han trastocado prácticas que solían ser modos muy propios del campo o de la ruralidad. Sin embargo, buena parte de la memoria cultural del Ecuador (¿por qué no de América Latina?) también se ha forjado desde unas identidades de sectores que se expresaron con ciertas disputas con los cánones urbanos. En algunos casos esa disputa se resolvió por la vía del mismo mercado: mientras su rentabilidad crecía su legitimación tenía sentido.

Y, por supuesto, también nuestra interculturalidad, en la diversidad regional y geográfica, ha sido un motivo de disputas y reflexiones sobre el peso de sus expresiones en el diálogo artístico entre grupos, individuos e instituciones. En el trazado de las expresiones culturales locales no han sido ajenos los localismos, chauvinimos y provincialismos. Incluso, para la detección de un indicio de las memorias hay todavía quienes preguntan de dónde provino el autor para colocarlo en su referencialidad o exclusión.

De ahí que se hace necesario un acto de suprema provocación para inyectar a la reflexión de la ruralidad en las corrientes artísticas, en general, como una necesidad de lo que no contempla la agenda institucional y/o estatal. Una suma de debates e investigaciones, reseñas y testimonios para llegar a un punto cero, como llegada y partida, como eterno retorno y reencuentro. Si no es así, tendremos un paréntesis perpetuo con las consabidas carencias, bloqueos y hasta silencios sobre el significado de la ruralidad en la construcción de la interculturalidad en su más hondo sentido histórico.

por Públicos
Revista de artes y pensamiento

Artes y pensamiento